Creo que…las expectativas, pueden
destruir todo lo que hay a tu alrededor haciéndolo caer a pedazos y Llegando a ser tan corrosivas como
cualquier otro pecado capital.
Y lo cierto es…que siempre tuve altas
expectativas sobre cómo sería mi vida, y
las grandes cosas que haría en ella.
Supongo que tener el complejo de Aquiles
(como lo llamo yo) sumado al factor libros (ADVERTENCIA: leer libros puede
causarle contusiones cerebrales y…esquizofrenia) puede llegar a causar estragos…en
la vida, como lo ha hecho en la mía.
Siempre anhelé tener una vida grandiosa
y fuera de lo común…algo especial y diferente.
Tenía aquellos horribles deseos de
grandeza, que por cierto, se han convertido en gigantes que cuelgan constantes
de mi falda.
Pero al final del día, y casi
llegando a tener un cuarto de centena, acabé haciendo justo lo que no quería….graduándome
del colegio, sacando una psu mediocre, estudiando (lógicamente sin terminarlo) casándome
y con una hija.
Por lo que me doy cuenta, que mi vida ha resultado ser poco o nada extraordinaria. Que
muchas veces, los únicos temas interesantes para hablar giran alrededor de mi
hija. Y que ir al médico termina siendo una aventura (en mi mente, por
supuesto).
Que normalmente me siento poquita,
que nunca terminé algo o hice algo productivo y mucho menos considerarme
exitosa.
Es ahí cuando caigo en el FEROZ
ERROR de ser malagradecida, con todas
sus palabras. Porque cuando termino un día agotador, convierto el estrés en lágrimas
y me siento a comer…me percato de lo mucho que tengo, solo que a veces hay que
entrecerrar los ojos un poco para visualizarlo.
Que…quizás no son tantas cosas o lujosas…o
no son tal como yo quería…pero que terminan siendo muchas y mejores.
Que si las tiro a la balanza, siempre hay
abundancia, donde creía no haber.
Que después de estar con tu verdadera
familia, y con ello no me refiero a la comparte tu misma sangre no, sino aquella que te acompaña sin falta todos
los jueves y domingos a hacer el mejor trabajo del mundo.
Después de enseñarle a las personas
lo más bonito que pueden aprender e Ir a acostarse a la camita agotada (terriblemente)
pero contenta. Ver a mi hija, en medio de nosotros, sin ganas de dormir, porque
quiere seguir sonriendo. Sentir el tibio pie de mi esposo en contacto con el mío.
Mirarnos. Y sin decir nada, entrelazar
nuestros dos pares y medio de brazos, sentir su calidez, sonreír y saber que
estamos bien los tres juntos.
Creo que eso es felicidad…más aún…eso
es ÉXITO.
With Love Sassy Girl.
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